A tan solo 43 minutos por carretera desde la capital zacatecana se encuentra Villanueva, ciudad que recibió el título de Pueblo Mágico en 2023, convirtiéndose en el séptimo destino del estado con tal distinción.
Villanueva, fundado en 1692, es un pueblo que combina el fervor religioso, la historia prehispánica y el amor por la dinastía Aguilar, la cual ha dado algunos de los máximos exponentes de la música vernácula.
Entre sus principales atractivos destaca la zona arqueológica de La Quemada, sitio que alcanzó su esplendor entre los años 600 y 850 d.C.. Según algunas crónicas, este lugar fue transitado por los mexicas en su mítica peregrinación hacia el Valle de México.
Actualmente, La Quemada es un espacio vivo donde se realizan ceremonias étnico-religiosas, festivales culturales y avistamientos astronómicos.

Fervor religioso
Del 20 al 28 de octubre, el municipio vibra con la festividad en honor a San Judas Tadeo, celebración que inunda las calles de música, danzas tradicionales y comida regional.
Es una costumbre arraigada que miles de feligreses caminen los 62 kilómetros que hay entre la ciudad de Zacatecas y el templo de San Judas Tadeo, el “santo de las causas imposibles”.
De acuerdo con registros del gobierno estatal, en su última edición, las fiestas patronales recibieron a más de 60 mil personas.

El legado de los Aguilar
Del 14 al 20 de marzo, la comunidad de Tayahua, Villanueva, se viste de fiesta con su tradicional feria. En esta localidad se encuentra el emblemático rancho El Soyate, que fuera hogar de los cantantes Antonio Aguilar y Flor Silvestre.
El cariño de los habitantes hacia la familia Aguilar ha trascendido, y las fachadas de las viviendas están decoradas con murales que retratan a estos ídolos de la música mexicana.

En el Rancho El Soyate reposan los restos de Antonio Aguilar y Flor Silvestre, lugar que ya se convirtió en un sitio de peregrinación para un importante número de admiradores que llegan desde muchas partes de la República Mexicana.
Gastronomía
En su oferta gastronómica, destaca la birria de borrego, el menudo o caldo de pancita y las afamadas tortas de Malpaso.

En los alrededores de la plaza principal, los visitantes pueden degustar las nieves artesanales y las “huicholas”, panes elaborados con harina de trigo y miel.
Villanueva, con su rica historia, tradiciones ancestrales, belleza natural y la calidez de su gente, representa una de las joyas turísticas más brillantes del sur zacatecano, esperando ser descubierta por viajeros de todos los rincones.